domingo, 24 de agosto de 2008

TURN TO ME

VEN HACIA MI

Cuando tu corazón se rompa,
cuando todo se haya dicho y hecho
y estés buscando un lugar donde huir
Ven hacia mi...
Cuando la luna se ponga fria
cuando tu historia se haya acabado
y todo esté oscuro y gris
y hayas escondido tu arcoiris
Ven hacia mi...
Turn to me - Per Gessle

Siempre pensé que por ser homosexual iba a tener que ocultarme de todo el mundo y enterrar mis sentimientos. Sí, ya sé que por eso hemos pasado sino todos, pues la gran mayoría sí. Vuelvo al tema del que hablaba anteriormente, es decir salir del closet o compartir esta parte de tu vida con personas a las que quieres y que te gustaría que vieran este aspecto como uno más entre tantos.

Sé que no siempre es fácil y que algunas veces las condiciones en las que ocurre el famoso "coming out" son tan devastadoras como lo que le pasó a mi querido Oberón (léase post anterior: El día que morí).

Tenemos tanto miendo de que nuestro mayor y más oscuro secreto se sepa que nos volvemos locos tratando de ocultarlo, al menos a nuestra familia y amigos heterosexuales.

Hasta ahora he tenido suerte, pues todos mis amigos que saben "mi secretito" lo han tomado muy bien. No he tenido que pasar por cosas tan dolorosas como ser obligado a decirle a tu madre y por tu propia hermana. Yo no creo que hubiera podido perdonar a alguna de mis hermanas si me hicieran algo así. Definitivamente Oberón es mejor ser humano que yo y lo hizo, por eso creo que lo amo mucho más.

Creo que mi primer "coming out" fue algo gracioso y bochornoso a la vez. Estudié con Ernesto desde cuarto de secundaria, pero en realidad nos hicimos más amigos ya al acabar 5to. No sólo yo me había dado cuenta que él era "diferente" pues algunos compañeros crueles hacían mofa de él y de algunos otros amigos que conformaban su grupo.

Bueno, como decía, al terminar el colegio él me contó, en un momento de tristeza, que le gustaba un chico de su universidad y que era gay y que esperaba que eso no cambiara nada entre nosotros. Imagínense, él haciendo su "coming out" precisamente conmigo! Ustedes supondrán que le abrí los brazos y le dije: "Yo también!!!"... pero no. Bueno, lo primero sí. Le dije q no iba a cambiar nada, que lo quería igual y aún más y que confiara en mí. No me atreví a decirle nada más, no me sentía preparado... además no quería opacar su salida triunfal del closet conmigo.

Mientras tanto yo había descubierto el portal de #gayperu y me había puesto en contacto con un patita, David, que me cayó muy bien desde sus primeros mails. Le dije q era un novato en esto, que nunca había conocido a nadie por ese medio y menos gay, lo cual era muy cierto. Total, Ernesto no contaba como tal pues yo lo había conocido en otras circunstancias.

Tras varios días de correspondencia, decidimos conocernos. Era un chico bastante simpático, un poco más alto que yo y divertido. Conversamos de muchas cosas, de cómo sus papás, que descubrieron que él era gay, lo habían llevado a un psiquiatra que aseguró que dándole hormonas lo "curarían" de este "terrible transtorno". Y luego de caminar un poco por el centro de mi ciudad (que no es Lima) pasamos por la plaza de armas... que desde ese entonces ya era un punto de encuentro gay.

Para mi sorpresa, apenas pusimos pie en la plaza de armas, apareció Ernesto que me saludó efusivamente (e inocentemente) y también a mi acompañante pues eran también buenos amigos. La mirada de David me lo dijo todo... "¿¿¿No que tú no conocias a NADIE del ambiente???" y con esa mirada deseé que la tierra se abriera y se tragara... a Ernesto. Entendí que ponerme a explicar que éramos amigos de colegio iba a ser inútil. Para colmo tras una incómoda conversación, ambos, que vivían por la misma zona, se fueron juntos y me dejaron allí en pleno "point" rosa completamente solo.

Razoné un poco y me di cuenta que más importante que quedar bien con David, era hablar con Ernesto pues como que también me había lanzado una miradita con mensaje, el cual decía "Y tú de donde conoces a mi amigo gay? mmh?" Así que lo llamé y le dije que quería conversar de algo con él. Ya en su casa le conté lo que había pasado y que a mí también me gustaban los hombres. Todo esto nos llevó a unirnos más y a crear lazos que se fortalecieron durante los años siguientes. Compartimos mucho, desde los chismes de discoteca hasta asuntos más trascendentales. En su hombro lloré mis dos rupturas de pareja, compartí mis aventuras y desventuras en busca del verdadero amor.

El se asombraba de como yo aparecía en su negocio justo cuando él más necesitaba conversar conmigo o una palabra de aliento (no había celular en esa época) y él siempre estuvo dispuesto a escucharme y a darme los mejores consejos. Me ayudó a esclarecer mis pensamientos cuando, abrumado por los estudios, la presencia de Cristhian en mi vida (ver post previo: Tú no me comprendes)

Cuando tuve que irme de mi ciudad para hacer el internado en Lima, sentí que lo estaba abandonando. Me dolió en el alma dejarlo. Mis otros amigos, siempre tendrían a sus otros amigos, y Ernesto también los tenía pero éramos tan unidos que nada iba a ser igual. Coincidentemente, él encontró a alguien especial casi al mismo tiempo que yo y que ahora comparte su vida ya más de cuatro años!!!

Lo más lindo de tener un amigo es saber que ni la distancia ni el tiempo pueden apartarnos. Puede que no hablemos tanto o con tanta frecuencia como antes, pero sé que cada vez que lo hacemos es muy reconfortante. Nunca dudes en decirle a tus amigos lo mucho que te importan y que quieres saber que está pasando en su mundo.

Todos necesitamos a nuestros amigos para sentirnos vivos y volver a sonreir luego de que las lágrimas han empañado nuestros ojos.

(Escrito por Umbriel)

sábado, 9 de agosto de 2008

UNA DE MIS CARTAS DE AMOR

Hoy revisando mis cosas, encontré una carta que me envió Umbriel el 04 de Abril del 2004, en aquel entonces aún no éramos una pareja, la transcribo (puedo hacerla, es mía!!!) para compartirla con ustedes, es increíble como al paso de los años estos sentimientos son prácticamente los mismos (mentira, nos queremos más!!!).
El amor es como un edificio, necesita de buenos cimientos para que la edificación siempre se mantenga firme y lo aguante todo.
Y la carta dice así…
“No te veré hoy, ni mañana, pero escuché tu voz y saber que piensas en mí es como tenerte a mi lado, como sentirte acariciando mi rostro y susurrando un te amo.
No te veré hoy y aunque no quiero que la pena me invada siento que mi día no fue completo porque no pude mirar tus ojos.
Hay cosas que no puedo cambiar, eventos que a veces pueden crear distancia física entre ambos, pero no entre nuestras almas. Estoy seguro que tú sientes lo mismo. Y como dijiste una vez, extrañarte es una forma de amarte más, de poder, estando solo, darme cuenta de todo lo que siento por ti.
Me he dado cuenta, con sólo escucharte, que eres mi alegría, que nada es igual sin ti; que ahora te necesito en cada momento de mi vida, por eso es que te tengo presente siempre, no importa donde esté, siempre.
Te has dado cuenta como poco a poco hemos ido creciendo juntos, experimentando cosas jamás vividas, siempre soñadas. Pero aún así tuviera que describir mi sueño más hermoso, no se compararía a mi realidad presente… tú.
Te amo increíblemente y eso es algo que nunca va ha cambiar. Eres mi vida y has hecho que por fin todo tenga sentido.
Nunca dudes de lo que siento, que es lo más puro que te puedo entregar”.
(Escrito por Umbriel & Oberón)

miércoles, 6 de agosto de 2008

UN RECUERDO DE INFANCIA

Si existe algo que me trae recuerdos de mi primera infancia y sobretodo de mi abuela materna son unas flores blancas y de largo tallo llamadas cartuchos [calas, alcatraces, lillies] éstas crecían en todo el jardín de la casa grande, así llamábamos a la casa de mis abuelos, y desde que tengo memoria siempre me llamaron la atención. Mi abuela era una mujer muy devota, recuerdo perfectamente haberla acompañado muchas veces a la iglesia donde ella con otras señoras se ocupaban de los arreglos florales para las misas, y éstos generalmente eran de cartuchos, ¡cómo olvidar esos jarrones de plata en forma de trompetas llenos de cartuchos! ¡cómo no recordar de esa manera a mi abuela, a quién quise tanto! y sobretodo de la que recibí mucho amor y muchas lecciones también.
Los cartuchos son flores originarias del África, eso no lo sabía sino hasta hace poco, no puedo imaginar como es que llegaron hasta acá, y más aún a ciudades de la sierra peruana, que de hecho es donde mejor se desarrollan por el tipo de clima. Las he visto en Junín, Cajamarca, Arequipa, Ayacucho y Ancash; pero seguramente existe en todo el Perú.
Siempre que puedo compro adornos con este motivo y poco a poco he ido acumulando una colección de objetos en base a cartuchos, la sala de la casa de mis padres parece una sala temática por mi culpa!!!; incluso hay cuadros que pinté donde obviamente los cartuchos fueron mi fuente de inspiración.
Los cartuchos siempre serán mis flores favoritas por lo bellas que son a pesar de su sencillez y por todos los recuerdos que guardo de ellas a través de todos los años vividos…
(Escrito por Oberón)

sábado, 19 de julio de 2008

ESE MINUTO

Si tuve un día en el que me morí; también lo tuve uno en el que volví a nacer. La felicidad de saberme sano hizo que viera el mundo de distinto modo; un mundo más colorido; una vida para vivirla cada día, muchos proyectos por hacer; pero por sobretodo ser aún más feliz de lo que hasta ese día lo había sido…
Desperté muy temprano; realmente se me quitó el sueño al amanecer; esperé hasta las siete de la mañana y junto con mi pareja salimos en dirección de la clínica donde me sacarían la muestra de sangre; todo el tiempo estuve muy tenso; el miedo me invadía todo; sentí temblar mis piernas al acercarme al lugar; pero la presencia de Umbriel era mi soporte. Fueron tan sólo unos minutos los que duré allí; pero sentía que en ese tubo de prueba en el que yacía mi sangre estaba mi vida; pero no sólo la mía sino también la de mis seres queridos. El resultado estaría para las cuatro de la tarde de ese mismo día.
Umbriel no dejó que me quede solo en casa esa mañana; me pidió que lo acompañara a su trabajo y yo lo hice sabiendo que era lo que quería hacer; no sentirme solo; la soledad sólo me provocaba llorar; él siempre me dijo que no estaba enfermo; que no tenía ningún síntoma de estarlo; yo le quería creer con todas mis fuerzas, me salía el positivismo y le sonreía; pero pasados unos segundos otra vez el miedo; ese que te hiela; ese que te hace ver cuanto tiempo desperdiciado hubo en el pasado; ese que sólo te imagina muerto y alrededor tuyo a tu madre y a tu ser amado llorando juntos. Pero estar con Umbriel fue lo mejor que hice esa mañana; me distraje lo suficiente como para que las horas de la mañana se pasen rápido. A la una de la tarde volvimos a casa; almorzamos juntos y luego él llamó a su otro trabajo para pedir permiso para ausentarse. Ya me había dicho que estaría conmigo en el momento de la entrega de los resultados.
A las dos de la tarde estábamos en mi trabajo; yo no podía ausentarme de el; mis padres no sabían nada de lo que me estaba pasando; de allí hasta las cuatro los segundos se volvieron minutos y los minutos; horas. Ya había llorado lo suficiente cómo para seguir haciéndolo allí; Umbriel estaba conmigo; pero también los demás empleados. A las cuatro en punto partimos nuevamente hacia la clínica.
En el trayecto; mientras manejaba sentía que lloraba nuevamente; pero no había lágrimas en mis ojos; la mano de Umbriel sujetaba de rato en rato la mía; lo sentía allí, sereno; pero en el fondo sabía que él también tenía miedo; estaba sufriendo conmigo.
Subimos juntos las escaleras de la clínica y estando a dos gradas para llegar al piso sentí que me quería desvanecer; por primera vez en mi vida el aire se me hizo denso; no podía respirar bien; me agité, quería llorar y no podía; temblaba. Sólo el grito de Umbriel hizo que reaccionara. Me sobrepuse y seguí camino.
Umbriel fue el que entregó el comprobante; el lo guardó todo el día; la persona que me atendió me miró bien; tomó mi carnet de identidad y entró a sacar el sobre con mis resultados; habían otros pacientes sentados tras nuestro, lo único que quería era salir ya de esa tortura; el técnico no salía y fue cuando le dije a Umbriel “este minuto no se lo deseo ni a mi peor enemigo” y era verdad, fue el peor momento del día; el minuto más largo e interminable. Cuando por fin el hombre que tenía mi vida en sus manos salió, Umbriel respiró; no recuerdo cual de los dos tomó el sobre; seguro que yo; pero fue él quien lo abrió; luego me miró y me dijo; ¿ya vez?... te lo dije!!! y cuando leí el resultado y que decía NEGATIVO; me reí como no lo había hecho en meses; agradecí a Dios; a la vida. Caminamos hacia las escaleras y llegando al lugar donde minutos antes casi me había desmayado Umbriel me abrazó y fue entonces que todas las lágrimas que pensé que ya no tenía salieron a borbotones; pero esta vez eran de felicidad; de esa en la que el llanto se confunde con la risa; lo abrazaba llorando y sabía que había gente allí y no me importaba nada; sólo saberme sano; vivo… pero por sobretodo amado.
Manejando nuevamente hacia mi trabajo; reía y hablé tantas cosas que ya ni recuerdo que dije; pero entre tanto si le pedí a Umbriel que fuéramos juntos a la iglesia a agradecer a Dios al domingo siguiente, él estuvo totalmente de acuerdo. ¿Y saben qué? EL nos llevó justo a la primera iglesia a la que Umbriel y yo entramos juntos; a las Nazarenas. Allí frente al “Señor de los Milagros” no pude más que llorar y agradecer el que estuviera allí nuevamente junto al hombre que más amo en esta vida. Oré porque nos diera todos los años posibles para realizar todos nuestros sueños y por supuesto para que me ayude a cumplir todas mis promesas hechas.
Imagino que a estas alturas de mi crónica ya deben haber imaginado la clase de examen que me hice; pero la presencia de Umbriel todo el tiempo a mi lado también habla por sí mismo de que lo que originó todo nada tuvo que ver con nuestra relación como pareja. Igual y sea cual fuere el motivo; solo pido que nunca vivan ESE MINUTO que yo viví.
(Escrito por Oberón)

sábado, 5 de julio de 2008

ORGULLOSO, DE QUE?

El 28 de junio de todos los años se celebra en casi todo el mundo el “Día del Orgullo Gay”, el ¿por qué de este día? pues porque se conmemora los disturbios de Stonewall en Nueva York de 1969 que buscó que la sociedad mundial no niegue nuestra existencia y que por el contrario nos respete y considere como a cualquier ser humano, lo que sucedió aquel día es cuestión de leer un poco de esta historia; pero lo que quedó es la celebración para mí, más absurda en lo que se refiere a nosotros los Gay; que realmente no necesitamos de ningún día para celebrar el hecho de ser lo que somos; porque en realidad el ser gay no tiene porque ser motivo de orgullo; y no es que me sienta mal de ser lo que soy; por el contrario; si de algo estoy orgulloso es de haber logrado muchas cosas, pero no por ser gay; sino porque soy alguien que quiso superarse desde siempre.
Según el diccionario existen varias definiciones de la palabra ORGULLO:
• Satisfacción personal que se experimenta por algo propio o relativo a uno mismo y que se considera valioso
• Exceso de estimación propia; arrogancia
Entonces; ser Gay ¿nos produce satisfacción personal?, ¿debemos ser arrogantes por ser gay?; creo que las respuestas caen por si solas.
Imagino que no todos deben de estar de acuerdo conmigo; es lo justo y hasta en algunos casos necesaria la presencia de detractores; y como abogado del diablo que la estoy haciendo ahora pregunto: ¿estás tan orgulloso de ser gay que ya se lo haz contado a tus padres, hermanos y demás parientes, incluyendo amigos? ¿tus compañeros de estudio o de trabajo ya saben que eres gay?, si la respuesta es afirmativa, me quito el sombrero; pero si no lo es… ¿por qué esconderte si estás orgulloso de ser gay? tendrás muchas respuestas; pero la principal razón sigue siendo la misma: el miedo al rechazo, al que dirán (¿vergüenza? espero que no).
No digas nunca que te sientes orgulloso de tener una profesión “a pesar” de lo que eres; porque eso no sería muy justo ni para ti como humano ni para tu inteligencia; nadie logra nada por ser gay; sino por ser capaz.
No voy a hablar mal de los que celebran ese día “con orgullo”, después de todo no todos somos iguales, además son los que de alguna manera han vencido una gran barrera y ahora pueden exhibirse sin temor a nada ni a nadie, eso si es motivo de orgullo, y los aplaudo; lo demás es solo parte de un gran carnaval fuera de tiempo que nos hacen ver ante el mundo como NO queremos que nos vean. ¿Así somos? ¿así queremos que nos cataloguen a los Gay?; vergüenza ajena (y también propia) es lo que me hace sentir eso. No diré que NUNCA iré alguna vez a esta celebración; después de todo la información escrita que se puede recoger es valiosa; la tuve en mis manos gracias a un amigo que si fue al corso de este año, el espectáculo que pude ver a través de sus fotos fue bueno; mucho esmero pero… realmente no me hizo sentir orgullo de estar representado por hombres disfrazados de mujeres o semidesnudos. Y esto no solo en el Perú sino en todo el mundo.
El “Día del Orgullo Gay” ya está establecido, eso no lo puedo quitar yo ni nadie; pero lo que si puedo hacer es que este día sea un día de celebración diferente; no como si fuera una fiesta de Halloween ni los Carnavales de Venecia o de Río de Janeiro; este año sin querer nos reunimos nueve amigos, todos gay, todos profesionales, algunos con pareja (como yo), otros simplemente solteros y felices de serlo; algunos más “gay” que otros, pero al final todos juntos alrededor de una mesa riendo y compartiendo, disfrutando y sintiéndonos orgullosos no de ser gay sino de ser amigos verdaderos; pero por sobretodo comprometidos a ser cada día mejores personas.
(Escrito por Oberón)

jueves, 26 de junio de 2008

UN ANIVERSARIO MAS...SI IMPORTA!!!

Hace casi un mes mi hermana cumplió tres años de casada y no pude evitar retroceder al día de su matrimonio; fue el evento del año para mi familia, todo estaba perfectamente organizado; el vestido de novia que ella se mandó hacer, en una atelier de diseñador, era muy hermoso (yo también ayudé a escoger el modelo); la casa ese día fue un verdadero alboroto desde muy temprano; los nervios afloraban por doquier; pero todo siguió su curso como si de un ritual (si lo era) se tratara; el maquillador, el peluquero y la masajista invadieron la casa; para que luego de que se marcharan entrara el equipo de filmación y fotógrafos, todos lucíamos radiantes por fuera; por dentro, teníamos el corazón roto. ¿Por qué sentirnos así en un día que tendría que ser de felicidad?
Tres años después tenemos la respuesta; su matrimonio como evento social fue realmente hermoso; ¡todo salió perfecto! una novia bella, la fiesta de ensueños, la comida más schick, vinos, cerveza y whisky por doquier; la música más alegre; muchas risas; muchos brindis; mucho de todo; pero había alguien allí que no era lo que habíamos creído que era; alguien que por sus modales perfectos, su manera de ser tan metrosexual, su delicadeza al tratar a la gente simplemente nos engañó; alguien que lo único bueno que ha hecho en estos tres años de matrimonio de mi hermana, es haberle dado la posibilidad de convertirla en madre; a mis padres en abuelos y a mí en tío. Y este año él simplemente "se olvidó" de su aniversario de bodas.
No me voy a dedicar a contarles la historia de la vida de mi hermana; eso sólo le corresponde a ella; pero no puedo evitar las comparaciones de su vida que en teoría podría ser perfecta; porque ella es “normal” y la mía que “no lo soy”, pobre mi madre; ella también nos compara, sabe lo infeliz que mi hermana es y lo realizado que me siento yo con mi pareja.
Hace poco él y yo cumplimos cuatro años de relación; como ya lo contamos antes; y sin embargo guardo en mi memoria cada celebración que hemos tenido por cada año juntos; llenos de felicidad, conociéndonos cada día un poco más; pero por sobretodo amándonos. La vida a veces es tan rara; y sin embargo esa es, a lo mejor, mi compensación por tantas lágrimas derramadas; por esas noches en que me sentía realmente infeliz por ser como soy, esas noches simplemente han desaparecido y mis amaneceres son los mejores del mundo porque al hacerlo y abrir los ojos, puedo ver que ya nunca más estaré solo.
Hubo un tiempo en el que me hice a la idea de que para mí nunca habría un matrimonio como el de ella, de hecho por la iglesia nunca lo habrá; pero si espero que algún día pueda vestirme de novio y también casarme; a lo mejor no con tanta pompa y sólo con la gente que más queremos; pero sé que ese día será celebrado cada año.
Bueno; ahora dejo por entendido el porque en un post anterior dije que el destino se había cobrado la deuda que mi hermana tenía conmigo y también el porque de mi perdón. Espero con todo mi corazón que su vida gire, tanto que algún día pueda leer este post y reírse de lo que fue su vida hasta que encontró su verdadera felicidad, estoy seguro de que su hijo ya es parte de ella. De verdad lo deseo de corazón.
(Escrito por Oberón)