jueves, 10 de abril de 2008

TUS OJOS EN LOS MIOS

Seguramente muchos de nosotros hemos olvidado los nombres de todos aquellos hombres que formaron parte de nuestras experiencias amorosas; pero lo que si logramos recordar y perfectamente es la “primera cita”, pero ¿cuántas primeras citas habremos tenido a lo largo de toda nuestra vida?, en mi caso muy pocas, pero sólo una que vale la pena recordar.
Fue un sábado de semana santa cuando lo vi por primera vez, esperé unos minutos antes de verlo aproximarse a mí, con su caminar suave y elegante. Nos conocimos por una página de internet casi un mes antes, tiempo en el que estuvimos enviándonos cartas contándonos nuestras vidas y quehaceres, nuestros anhelos y también nuestros temores, y uno de ellos era justamente ese, el vernos por primera vez. Porque durante todo ese tiempo no nos enviamos ni una fotografía, ni una webcam por la cual mirarnos, nada, todo eran letras en cartas interminables, pero a la vez, las más lindas que había leído en mucho tiempo.
Coincidíamos en gustos en música, pero yo me quedaba chico en relación a lo que él sabía de ella, su gran almacén cerebral contenía infinitos nombres de canciones, letras y cantantes, conciertos, etc. pero lo más sobresaliente (al menos para mí) es que eran canciones en inglés, claro, reconozco que lo he estudiado, pero a ser una enciclopedia de música en inglés, solo él. Por supuesto tenía su género predilecto, el rock & pop y también su grupo favorito, mejor dicho, era un fanático de él, me habló de todos los discos originales que tenía, que los cuidaba como oro y se le iluminaban los ojos al hacerlo, hasta hoy, hasta siempre. Al cabo del tiempo, cuando ya estuvimos juntos yo incrementé sus gustos y le introduje nuevos cantantes, mis favoritos, como Michael Bublé, Josh Groban & Sarah Brightman, por mencionar a los más conocidos porque fueron más. Hoy al igual que yo también los escucha, y hasta me ha “robado”, por llamarlo así, la primicia de hablar de estos cantantes con nuestros amigos, no importa, el amor lo aguanta todo, hasta esa “piratería”.
Pero volviendo al día, y a la hora, sobretodo a esta última, once y media de la noche, casi domingo, yo saliendo del trabajo, él aún en el (de guardia). Pero eso no importó mucho para que nos citemos, porque era eso, la primera (y la más importante) de las citas. Fui directamente hacia el punto de encuentro, lo llamé a su celular desde una cabina telefónica situada en la esquina de su trabajo, hasta ese entonces no había pensado tener un celular, ¿para qué? me preguntaba, después de ese día, era lo que más quería, lo necesitaba!!!... felizmente lo obtuve fácil, a los días ya tenía uno, antiguo, un regalo, todo un ladrillo mi celular, pero servía y cuánto!!! éste me acercaría a él.
Y entonces, después de llamarlo, lo esperé parado en una esquina, cual novio a punto de casarse o cual reo a punto de morir, dependiendo si al vernos por primera vez nos gustaríamos o simplemente pasaríamos a ser el típico pata “buena gente” ante los demás. Y entonces, esos minutos eternos desaparecieron cuando lo vi aproximarse, y fue entonces que estando a tan solo un metro de distancia el uno del otro, sentí su voz llamándome por mi nombre y una mano aproximándose a la mía, pero lo más hermoso… me vi reflejado en sus ojos, grandes y hermosos, y supe desde ese instante que era él a quien había estado esperando toda mi vida.
La cita que duraría unos minutos, porque él seguía de guardia, se prolongó hasta más de las tres de la mañana, los dos dentro de mi carro escuchando música (como olvidar la primera que sonó al prender la radio: True Love, de la novela coreana “Todo por Eva” una de mis favoritas!!!) y hablando como si nos conociéramos de años, como grandes y antiguos amigos, hasta ese entonces nada estaba dicho, pero ya se predestinaba un futuro juntos.
Al llegar el momento de la despedida, él bajó de mi carro y me volvió a dar la mano, yo la sujeté fuerte y traje todo su cuerpo hacia mí dándole el primer beso (un piquito) en la boca y así coroné esa primera cita, la mejor que he tenido en mi vida.
Esa tarde, nos volvimos a ver, y así empezó lo que hoy 10 de abril de 2008 ya lleva cuatro años…
(Escrito por Oberón)

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Felicitaciones por los cuatro años juntos y felcitaciones otra vez por la inciativa de compartir juntos el blog. Seguro q en ello encontrarán mas elementos para afianzar aun mas su relacion.
Saludos

Tigreton dijo...

ow, pero que ternura de relato, felicidades por esos 4 años!
saludos

Juan Diego dijo...

Felicidades!!!! Me ha emocionado el relato. Se nota que entre estas letras melodiosas se esconde amor, amor del bueno, del que les permite mirar la vida con un objetivo: estar juntos y crecer.
Linda forma de contarnos tu vida y de hacernos partícper de tanto amor.

Un abrazote para ambos

Juan Diego

Lucerito_Madrid dijo...

Juan Diego me pasó el dato de este blog y como siempre acertó, pues ustedes tiene un blog bellisimo con historias gays pero humanas. Les felicito por su aniversario. Que Dios los bendiga.

Un abrazo

Anónimo dijo...

¡Vaya, Oberón! ¿Con sólo tomar la mano a Umbriel pudiste traer hacia ti TOOOOOODO su cuerpo? Seguro que comiste espinacas desde chiquito, como Popeye ;)

Saludos desde mi pujante Trujillo y felicidades por esos cuatro años :)

Mau dijo...

ME-EN-CAN-TA!!!

Esque tenía que ser él...ya me había cansado de leer tanto error :D!!!