viernes, 6 de febrero de 2009

¡AYUDA!

Sé que te necesito como nunca lo hice antes "Help!" - John Lennon
Sé que he estado alejado muchos meses de este blog y como les contó Oberón, han pasado cosas en la familia que nos tuvieron con angustias e incertidumbres. Ahora las cosas ya están encaminadas y lo que se tenía que hacer para “arreglar” a mi suegro va por buen camino. Debo resaltar la fortaleza que ha tenido Oberón durante estos meses y decirle, una vez más, lo orgulloso que estoy de él. Ha reaccionado de una manera valiente, inteligente y racional y eso es algo que me hace amarlo más cada día. Y estas situaciones nos hacen pensar y reflexionar acerca de muchas cosas. Pero sobretodo de las cosas que dejamos de hacer o dejamos de decir a las personas que amamos. A veces se nos hace fácil, si la cercanía y el momento son favorables, pero incluso cuando estás cerca, dejamos pasar muchos momentos en los que una palabra de amor o de motivación podrían cambiar el estado de ánimo, mitigar una pena o alivianar el peso del día a día. Mi familia directa no vive en Lima, aquí sólo tengo a Oberón y a su familia que me ha “adoptado” como un hijo/sobrino/primo según sea el caso, y a mis amigos, algunos que conocí en los últimos años y a mis viejos amigos de mi ciudad natal que ya viven en la capital. Pero parece increíble como estando en la misma ciudad nos veamos y hablemos tan poco. Hay muchos factores, todos superables claro, pero que de una manera u otra hacen que se pierda el contacto. No digo que tengamos relaciones distantes o que se haya perdido el lazo entre nosotros, pues cuando nos reunimos fluye todo como si nos hubiéramos visto el día anterior, como en la época de la universidad. Pero a veces hace falta encontrar el tiempo, el momento, superar distancias y organizarse mucho para poder pasar momentos juntos. Ya no vivo en la casa paterna desde hace más de 5 años. Ahora veo a mis padres y hermanas para navidad, fiestas patrias, a veces semana santa y alguno que otro feriado largo. Aunque con mis padres hablo todas las noches antes de dormir, extraño nuestros momentos juntos. Igual me pasa con mis hermanas. Aunque no siempre estamos de acuerdo en todo, en especial con la menor, pero pasábamos cosas divertidas. Yo siempre he sido el bromista de la familia pero sé que ellas también tienen su chispa. Ahora me estoy esforzando para mantenerme en contacto con ellas también, aunque entre las parejas, el trabajo de una y la universidad de la otra pues no hay muchas oportunidades. Así que todo esto me llevó a concluir que sin importar lo bien que estés, no debes descuidar a las personas que amas. Si estás bien pues comparte tu bienestar e interésate por ellas. Si las cosas no marchan como quisieras pues siempre podrás contar con tu familia y tus amigos para sostenerte y pasar los momentos difíciles. Pero para eso tienes primero que dar. Las relaciones interpersonales son, aunque suene frio plantearlo de ese modo, inversiones de vida. Sí, uno invierte tiempo y afecto; se arriesga a sufrir desengaños, pero al final, nada se compara como el abrazo reconfortante o la palabra animosa de alguien que te quiere. A veces sólo bastará una mirada o incluso un silencio para darte cuenta que no estás solo y que vale la pena seguir adelante. Por eso, no descuides a tus seres queridos. Tu familia y amigos son tu mejor logro y quienes día a día, dan sentido a tu vida.
(Escrito por Umbriel)

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