domingo, 8 de junio de 2008

EL GRAN ERROR DE MI VIDA

¿Qué se debe hacer cuándo uno se enamora de un imposible?, para empezar sería bueno definir “imposible” como algo muy difícil (o casi nulo) de alcanzar; por tanto ¿para qué tanto esfuerzo?, esa situación se convierte en un desgaste de energía pero por sobretodo quita vida. No quiero hacer apología al fracasado, no, para nada!!!... por el contrario, creo también que todo intento por alcanzar la felicidad es válida, pero cuando se tiene al menos un porcentaje visible de posibilidades de salir triunfador.
¿Qué hice yo para “librarme” de ese imposible?, la idea más descabellada y torpe que jamás tuve y tendré en toda mi vida, y se las cuento para que vean que hasta los que nos creemos los más inteligentes del mundo podemos caer exactamente en el lado opuesto de la balanza (llámenme después como mejor gusten).
Mi imposible (o amor platónico) se llamó Néstor, mexicano que vivía en el D.F. con Leonardo, su pareja de años. Lo conocí por internet y desde la primera vez que conversamos descubrimos una cierta afinidad, tanta, que hasta llegamos a pensar que éramos “almas gemelas”, nos hicimos muy amigos, casi hermanos, nos conectábamos todos los días, él era muy aficionado a la historia de nuestros pueblos, y yo le daba en la yema del gusto contándole todo sobre el Perú, porque también conocía bastante de nuestra rica historia, sobretodo la precolombina. En fin, aprendimos a valorarnos y sobretodo a querernos. De pronto, a un poco más de seis meses de conocernos me anunció que vendría de visita a Lima, lo haría con Leonardo y sólo por unos días. No puedo explicar a conciencia que pasó en esos días, pero ese supuesto cariño amical que creí sentir por Néstor simplemente se transformó en uno de esos amores locos, estúpido yo al sentir eso, pero lo peor es que no fui tan indiferente para él tampoco, que sin quererlo al sentirme tan cerca y compenetrado con él también le dio vuelo a la hilacha y me hizo caso el canalla, y si, con Leonardo de cargamento!!!. El caso es que al regresar a su vida Néstor se “curó” de esa calentura y yo, quedé hecho trapo, más solo, más triste y más desgraciado que nunca. Entonces para no sentirme más así “decidí” así con comillas, ser el heterosexual más heterosexual del mundo.
Valeria era una de las mejores amigas de una de mis primas, nos conocimos años atrás así que no me era del todo extraña, al paso del tiempo se convirtió en arquitecta, carrera que también alguna vez tuve en mente para mí, así que, como imaginarán la comunicación entre los dos era fluida, agradable. Lo mejor (o lo peor según de donde se mire) es que sabía que yo le gustaba, se notaba, y valgan verdades, para mí, ella era la mujer perfecta: bella, inteligente, de muy buena familia, ingenua, profesional, y muchos otros atributos que tenía. Nos volvimos a encontrar justo al mes de haber tenido esa triste experiencia de enamorarme del imposible, y ella, Valeria, se convirtió en mi tabla de salvación, así que decidí “enamorarme” de ella.
31 de diciembre, fiesta de fin de año en una de las discotecas de playa de moda del sur de Lima, la luna llena iluminaba el mar totalmente oscuro casi negro, tramo a tramo y rodeando la discoteca había antorchas iluminando el local. 11:59 de la noche, Valeria y yo solos a un lado del mirador, de pronto todos los que allí estaban empezaron a aplaudir y gritar vivas por el año nuevo, y lo que yo quería escuchar lo hice, “si quiero” acababa de decirme ella tal cual lo había planeado, el empezar un nuevo año con una “nueva vida” se cumplió. Oficialmente era el enamorado de Valeria. Nunca me había declarado a nadie y esa noche lo hice por primera vez. Un beso en los labios cerró lo que después pude llamar un FRAUDE.
Veintinueve días duró esa relación, si es que se puede llamar así, no quise que llegara al mes, realmente no había qué celebrar, no crean que solo fue culpa mía, realmente puse de mi parte, pero Valeria demostró ser una buena chica pero muy “hijita de papá”, acostumbrada a los caprichos y yo no resistí la situación; no estaba para nada enamorado de ella ni lo estaría jamás, no era justo para ella ni tampoco para mí, pero también me di cuenta que no podía luchar contra mi propia naturaleza, no había nacido ni siquiera bisexual, así que esa situación se convirtió en el PEOR ERROR DE MI VIDA, lo reconozco.
Así que, ¿qué se debe hacer cuando uno se enamora de un imposible?; pues a decir verdad no tengo ni tendré la respuesta exacta, pero lo que sí puedo afirmar y por experiencia es que “NO SIEMPRE un clavo saca otro clavo”; al menos en casos como el mío.
(Escrito por Oberón)

4 comentarios:

Anónimo dijo...

La ilusión por alguien o por algo nos juega muchas malas pasadas, pero la mayor parte de las veces por que nosotros mismo así queremos que sea; nuestras alarmas internas se prenden pero optamos por no hacerles caso, es triste pero es.

Nos leemos.

Vicho. dijo...

Solamente Vivir en la Verdad es Vivir de verdad.

Mau dijo...

La 'carta' de la que hablé en el post "El día que morí" es a mi imposible de Colombia, al cual después d emucho llanto y dudas logré superar...

Mau dijo...

creo que me acabo de enamorar de un imposible hace 7.6 minutos...creeeo